La violencia sexual contra las niñas es un problema generalizado y profundamente arraigado en Guatemala, que a menudo se utiliza como herramienta para controlar y perjudicar sus cuerpos y su futuro. Las alarmantes cifras de casos denunciados de violencia sexual contra niñas han empujado al gobierno a adoptar un programa de protección social llamado «Programa Vida», destinado a brindar asistencia económica a niñas embarazadas y madres menores de 14 años. Sin embargo, la medida presenta algunos límites en su aplicación y es necesario hacer más esfuerzos para proteger a las niñas de la violencia sexual.
La violencia de género no es nueva en Guatemala
La violencia contra las mujeres ha sido un constante en la historia de Guatemala y la violencia de género se ha perpetuado como una herramienta de sumisión y control del cuerpo y la vida de las mujeres. Esto también se basa en la cultura patriarcal y conservadora sumada a un sistema de seguridad y legal frágil que genera impunidad (ONU Mujeres, s.f.).
Guatemala fue escenario de una guerra civil que duró 36 años. La Comisión Guatemalteca para el Esclarecimiento Histórico (CEH), creada para esclarecer las violaciones de derechos humanos relacionadas con el conflicto interno que azotó Guatemala de 1960 a 1996, concluyó que la violencia sexual fue frecuente durante las tres décadas que duró el conflicto.
La CEH reconoció que las cifras sobre violencia sexual estaban infravaloradas en relación con otras violaciones de los derechos humanos, e informó de que el 2.38 por ciento de todas las 42.275 violaciones de los derechos humanos registradas correspondían a violencia sexual. Sólo 285 casos, de los 1.465 denunciados entonces, pudieron ser documentados por la Comisión. La Corte sancionó la falta de diligencia para investigar y perseguir los delitos sexuales, así como la ausencia de políticas para prevenirlos, como un mensaje de impunidad y permisividad ( ONU Mujeres, s.f.).
Los casos no denunciados de violencia sexual superan con creces a los denunciados
Un reciente informe publicado por Human Rights Watch recoge el fenómeno de la violencia sexual que afecta a las niñas en Guatemala. Según los datos recogidos, más de un tercio de las mujeres de Guatemala (34.5 por ciento) han sufrido violencia sexual a lo largo de su vida. Las niñas son mucho más propensas a denunciar la violencia sexual (88 por ciento) que los niños (12 por ciento) en Guatemala (HRW, 2025).
Aunque las cifras oficiales varían, entre enero de 2018 y junio de 2024, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) examinó 27.660 casos de violencia sexual o embarazos infantiles en Guatemala. 24.441 de esos casos involucraban niñas de catorce años o menos, que es la edad legal de consentimiento en el país. Solo en el primer semestre de 2024, el INACIF evaluó 1.987 casos de violencia sexual contra niñas (James & Mehta, 2025).
Además de esto, de las que denuncian violencia sexual, pocas obtienen justicia. Entre enero de 2018 y octubre de 2023, un total de 6.697 casos de violencia sexual contra niñas menores de 14 años fueron desestimados y solo 102 personas fueron condenadas en casos de niñas embarazadas menores de 14 años sobrevivientes de violencia sexual (HRW, 2025).
A pesar de lo alarmante de los datos, la verdadera magnitud de la violencia sexual es mayor. Se calcula que por cada caso denunciado, hay cinco casos no denunciados (Izquierdo, 2024). Los expertos creen que estas cifras no representan el verdadero número de casos, ya que muchas de las víctimas implicadas suelen vivir en la pobreza y proceder de comunidades indígenas rurales que tienen poco acceso a los servicios públicos.
Sin una educación y unos servicios sanitarios adecuados, es posible que las jóvenes no reconozcan los signos tempranos del embarazo, lo que retrasa el acceso a la atención sanitaria y empeora los impactos de los embarazos forzados (James & Mehta, 2025).
Las niñas supervivientes de la violencia sexual se enfrentan a varios obstáculos
Las niñas supervivientes de la violencia sexual se enfrentan a numerosos obstáculos para acceder a la atención sanitaria esencial, la educación, la seguridad social y la justicia (HRW, 2025). Las consecuencias de estos obstáculos pueden tener efectos negativos en su salud y bienestar, pero también dificultan su desarrollo y la posibilidad de mejorar su situación económica y social, lo que les ayudaría a escapar del ciclo de la violencia.

«La violencia sexual sigue siendo un problema generalizado y sistémico en Guatemala, que afecta de manera desproporcionada a niñas menores de 14 años. La incapacidad de Guatemala para tomar medidas adecuadas para prevenir y poner fin a la violencia sexual y los embarazos forzados entre las niñas puede tener consecuencias potencialmente mortales, incluidos los riesgos para la salud física y mental de las niñas, y puede afectar profundamente a la realización de sus derechos económicos, sociales y culturales.»
– Cristina Quijano Carrasco (HRW, 2025)
Acceso limitado a los servicios sanitarios
Las niñas en Guatemala se enfrentan a largas distancias de viaje, escasez de personal y recursos inadecuados, lo que impide el acceso a la atención sanitaria esencial, incluida la anticoncepción de emergencia y la atención prenatal. El estigma y la falta de información dificultan el acceso al aborto legal (HRW, 2025).
Falta de oportunidades educativas
El sistema educativo no brinda apoyo a niñas embarazadas ni a madres jóvenes, con altas tasas de deserción debido al estigma, la presión familiar y la violencia. En 2024, solo 213 estudiantes embarazadas estaban matriculadas a nivel nacional (HRW,2025)
Estigma y exclusión social
El estigma social etiqueta a las niñas como «impuras», culpándolas de sus abusos. La falta de políticas de apoyo a las madres embarazadas o jóvenes en la educación las deja sin el apoyo académico, social y emocional necesario (HRW, 2025).
Acceso limitado a la justicia
Los fallos sistémicos en el sistema judicial llevan a desestimar muchos casos de violencia sexual contra niñas. Entre 2018 y 2023, se desestimaron más de 6.000 casos, y las condenas siguen siendo escasas (HRW, 2025).
Incluso cuando los casos proceden, la rendición de cuentas sigue siendo escasa: los jueces emitieron solo 136 acusaciones preliminares entre enero de 2018 y septiembre de 2023 y 102 condenas por violación entre enero de 2018 y octubre de 2023 en casos relacionados con niñas embarazadas menores de 14 años sobrevivientes de violencia sexual (HRW, 2025).
Apoyo a las niñas supervivientes de violencia sexual mediante la protección social
Una medida clave que podría apoyar a las niñas y madres embarazadas son los programas de protección social. El «Programa Vida» del gobierno nació con este propósito. Su objetivo es proporcionar ayuda en metálico a las niñas embarazadas y a las madres menores de 14 años.
Sin embargo, su cobertura es baja debido a sus restrictivos requisitos de elegibilidad y a las onerosas trabas burocráticas. En 2024, solo 129 niñas estaban inscritas en el programa, a pesar de que 1.953 niñas menores de 14 años dieron a luz ese año (HRW, 2025). Esto se debe a que las únicas beneficiarias del programa son niñas embarazadas y adolescentes víctimas de violencia sexual o madres (con hijos menores de 5 años) cuyos casos han sido procesados (medidas de protección concedidas por un juez de menores) (Planovi, 2020).
Además, uno de los mayores retos del programa es orientar sus acciones hacia la restitución de los derechos humanos de la niña o adolescente víctima de violencia y apoyar la recuperación de su proyecto de vida. Esto implica revisar los criterios de las responsabilidades del programa, tanto hacia las víctimas como hacia el Estado en este contexto. También incluye la necesidad de revisar los criterios para la permanencia de las niñas como beneficiarias del Programa Vida (Planovi, 2020).
Sistema judicial sensible a las cuestiones de género y centrado en los niños
Los fallos del sistema judicial indican la falta de un enfoque sensible al género y centrado en los niños en los procesos legales. Las sobrevivientes de violencia sexual se encuentran con numerosas barreras, como estereotipos de género, maltrato y acceso limitado a las oficinas gubernamentales. Las niñas indígenas y las niñas sordas se enfrentan a dificultades adicionales debido a las barreras lingüísticas y a la falta de intérpretes formados y culturalmente sensibles para las lenguas indígenas y la lengua de señas.
Las lagunas en la justicia se ven agravadas por un sistema judicial sobrecargado que provoca graves retrasos (HRW, 2025). Además, la ausencia de un programa sostenible e institucionalizado de formación y capacitación sobre las causas y consecuencias de la Violencia contra las Mujeres (VCM) para todos los operadores del sector judicial y organismos relacionados.
Superar la tendencia a lo que hasta ahora se ha considerado «sensibilización» en relación con el problema y avanzar hacia procesos de formación continua que se incorporen a las acciones que el gobierno lleva a cabo para la capacitación de los servidores públicos es un desafío (Planovi, 2020).
«Sin reformas significativas -incluido el fortalecimiento de la prevención, los servicios y el acceso a la justicia-, las niñas de Guatemala seguirán enfrentándose a niveles escandalosos de violencia sexual y a barreras insuperables para hacer realidad sus derechos. El gobierno debe tomar medidas urgentes para garantizar que las niñas sobrevivientes de violencia sexual tengan acceso a la atención médica, la educación, la seguridad social y las protecciones legales a las que tienen derecho, con el fin de recuperarse y reconstruir sus vidas.»
– Cristina Quijano Carrasco (HRW, 2025)

Como ONG, Humanium está firmemente comprometida con el apoyo a los derechos de las niñas y la prestación de un apoyo eficaz a las supervivientes de la violencia. En nuestro trabajo, sensibilizamos sobre temas críticos y promovemos las mejores prácticas para mejorar la aplicación de los derechos de la infancia en todo el mundo. También puede pedir ayuda en caso de violación de los derechos de la infancia a través de nuestra línea de asistencia jurídica. Si desea apoyar nuestro trabajo, considere hacer un donativo, colaborar como voluntario o hacerse socio.
Escrito por Arianna Braga
Traducido por Or Salama
Revisado por Karen Bello
Referencias:
HRW (2025). Guatemala: Failed Response to Sexual Violence Against Girls – Inadequate Health Care, Education, Social Security, Justice for Young Survivors. Retrieved from the Human Rights Watch (HRW) at https://www.hrw.org/news/2025/02/18/guatemala-failed-response-sexual-violence-against-girls, accessed on 4 March 2025.
Izquierdo, S. (2024). Support for Young Sexual Violence Survivors in Guatemala. Retrieved from UNICEF USA at https://www.unicefusa.org/stories/support-young-sexual-violence-survivors-guatemala, accessed on 4 March 2025.
James N., Mehta D. (2025). Women This Week: Girls Experiencing Significant Rate of Sexual Violence in Guatemala. Retrieved from Council on Foreign Relations at https://www.cfr.org/blog/women-week-girls-experiencing-significant-rate-sexual-violence-guatemala, accessed on 4 March 2025.
Planovi (2020). Plan Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia Contra las Mujeres 2020-2029 (Planovi). Retrived from Secretaría Presidencial de la Mujer at https://seprem.gob.gt/wp-content/uploads/Planovi-2020-2029.pdf, accessed on 4 March 2025.
UNWOMEN (n.d.). Country page on Guatemala. Retrieved from UNWOMEN at https://lac.unwomen.org/en/donde-estamos/guatemala, accessed on 4 March 2025.