Las condiciones alarmantes de la detención de menores en Francia

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En Francia, el número de menores en prisión ha aumentado considerablemente durante los últimos años. Aparte del aumento preocupante de condenas, las condiciones en las que están encerrados los menores no siempre respetan las necesidades específicas de los adolescentes. La privación de libertad de los niños debe ser un recurso de última instancia y, en el caso de que estén presos, los niños siempre tienen que estar detenidos separados de los adultos. No obstante, no siempre se respeta esta obligación, lo que da lugar a consecuencias desastrosas en el desarrollo, la salud y la seguridad de los menores detenidos

El contexto jurídico del encarcelamiento de menores

Francia forma parte de varios tratados internacionales, entre ellos la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por las Naciones Unidas. Esta última estipula que los niños privados de libertad tienen que estar separados de los adultos, a menos que esto se perciba como perjudicial para el interés superior del niño (CIDE, 1989). 

Del mismo modo, las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (también llamadas Reglas Nelson Mandela) ponen de relieve la necesidad de disponer de instalaciones distintas para los menores y los adultos (Reglas Mandela, 2016). Por esta razón, la legislación nacional francesa cumple con esta obligación y establece que los menores deben estar separados de los reclusos mayores de edad.  

Las instalaciones para los menores de edad reclusos en Francia

En la práctica, los hechos no coinciden con las leyes. Las cárceles francesas establecen instalaciones específicas para alojar a los reclusos menores de edad. Existen dos sistemas para los menores detenidos: los centros educativos cerrados y los barrios para menores o quartiers pour mineurs (QPM, , por sus siglas en francés). Los primeros son establecimientos penitenciarios especializados para menores, mientras que los segundos son áreas reservadas a los menores en las cárceles que alojan a los adultos detenidos (DD, 2019). 

Sin embargo, se ha observado que, en los numerosos establecimientos carcelarios, la separación entre mayores y menores no es tan estricta como exige la ley. En 2019, en Francia había 47 QPM, dentro de los que vivía un 75% de menores detenidos. Con una proximidad tan grande, el riesgo de que los mayores y menores se encuentren es inevitable a pesar de las exigencias impuestas por la ley (Peron, 2019).   

Casos de contacto y negligencia

Varios informes del Contralor General de Lugares de Privación de Libertad francés (CGLPL, por sus siglas en francés), demuestran que las situaciones de contacto pueden multiplicarse en la vida diaria de la cárcel, especialmente durante los paseos. Por ejemplo, en la cárcel de Villeneuve-lès-Maguelone, aunque los menores viven en los QPM, el patio que tienen para hacer ejercicio se puede ver desde las celdas de los mayores y colinda con el patio de los adultos, del que está separado por una franja de tierra y una valla metálica. Así, los intercambios son fáciles y frecuentes durante los momentos de paseo.

Los reclusos menores de edad, bajo la presión de los mayores, saltan constantemente la valla que separa su patio del de los adultos para recoger objetos lanzados en zona neutra a cambio de una recompensa (tabaco, una parte del botín…). Además, el puesto de control que permite vigilar los patios de ejercicios no está colocado de manera que se pueda vigilar la valla que separa el patio de los menores del de los mayores (CGLPL, 2015).

Los retos de los servicios médicos y psiquiátricos

Por otro lado, además de estas situaciones de contacto e intercambios de productos, los menores detenidos comparten a menudo los servicios médicos de los mayores, empezando por la atención psiquiátrica. Las unidades hospitalarias especialmente equipadas (UHSA, por sus siglas en francés) suelen acoger a los menores detenidos que sufren de problemas psiquiátricos, pero no establecen una gestión específicamente adaptada ni de separación entre menores y mayores (CGLPL, 2021). En esta situación, ninguna medida se adecúa a la situación de los menores que están sujetos al régimen de los adultos.

Aun así, los niños deberían estar hospitalizados en servicios adaptados a su edad y separados de los adultos (CGLPL, 2021). El CGLPL señala que los menores detenidos que requieren una hospitalización en psiquiatría tienen que estar internados en un servicio de psiquiatría infantil.

Por esta razón, debe fomentarse la aplicación de la suspensión de la pena por razones médicas y la supresión de la prisión preventiva. Las preocupaciones de los adultos y las cuestiones relacionadas con el funcionamiento de las instituciones con respecto a la consideración de las necesidades relacionadas con la edad y con el desarrollo de los niños y los adolescentes prevalecen con demasiada frecuencia (DD, 2019). 

Las consecuencias desastrosas de los derechos de los reclusos adolescentes 

Una situación de este tipo tiene consecuencias directas en el respeto de los derechos de los menores detenidos. Ante esta separación poco estricta, los menores están sujetos a episodios de dominación y violencia. Por ejemplo, los menores son mucho más vulnerables a las agresiones físicas y al abuso sexual cuando están detenidos junto a los adultos. Pueden estar expuestos a la violencia, la explotación y a la coerción por parte de reclusos mayores que ellos y con más experiencia. 

Además, el estrés y el miedo de convivir con los adultos pueden agravar los problemas de salud mental, provocando ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos, que no necesariamente se tratan de manera adecuada más tarde (CGLPL, 2021; Péron, 2019). Asimismo, los menores pueden perderse oportunidades académicas apropiadas para su edad, de formación profesional y de servicios de rehabilitación pensados para ayudarlos a reintegrarse en la sociedad.

Solucionarlo es posible

Es crucial garantizar la separación de estos grupos para proteger el bienestar de los menores y adecuarse a las normas internacionales de los derechos humanos. Es esencial que el sistema penitenciario francés adopte un enfoque educativo orientado a la reinserción de los jóvenes en vez de uno represivo y punitivo. En particular, las autoridades francesas pueden invertir más en el desarrollo de infraestructuras, construyendo nuevas instalaciones adaptadas a las necesidades de los menores e incluso renovando las instalaciones ya existentes.

Un ejemplo concreto de medida puesta en marcha para mejorar la situación de los jóvenes en prisión en Francia es el Programa de Educación en Centros Penitenciarios francés (PEMJ, por sus siglas en francés). Este programa se ha desarrollado para ofrecer oportunidades académicas a los jóvenes reclusos, proporcionándoles un entorno estructurado y adaptado a sus necesidades específicas. El Gobierno también puede hacer hincapié en el lugar de la comunidad y de la sociedad civil, colaborando con las organizaciones comunitarias, las ONG y las empresas locales para proporcionar ayuda, orientación y oportunidades a los jóvenes detenidos. 

Humanium se dedica a proteger los derechos del niño, lo que implica oponerse con firmeza a la vulneración de los derechos de los adolescentes reclusos. Tu participación es importante. Plantéate ofrecerte como voluntario, hacerte socio o realizar una donación si te apasiona nuestra misión.

Escrito por Jeanne-Marie Quashie

Traducido por J.R.

Revisado por Nieves Carazo

Bibliografía:

Assemblée Générale des Nations Unies, Convention internationale relative aux droits de l’enfant (20 Novembre 1989), récupéré de UNCHR à https://www.refworld.org/legal/agreements/unga/1989/en/18815, consulté le 6 Juin 2024.

Assemblée Générale des Nations Unies, Ensemble de règles minima des Nations Unies pour le traitement des détenus (Règles Nelson Mandela) (8 janvier 2016), récupéré de UNCHR à https://www.refworld.org/legal/resolution/unga/2016/en/119111, consulté le 6 Juin 2024.

Commissaire aux Droits de l’Homme, Les enfants et la justice des mineurs : pistes d’amélioration (2009), récupéré du site du Conseil de l’Europe à https://rm.coe.int/16806da5e6, consulté le 6 Juin 2024.

Le Contrôleur général des lieux de privation de liberté, Rapport de la deuxième visite du centre pénitentiaire de Villeneuve-Lès-Maguelone (Hérault) (2015), récupéré du CGLPL à https://www.cglpl.fr/2017/rapport-de-la-deuxieme-visite-du-centre-penitentiaire-de-villeneuve-les-maguelone-herault/, consulté le 6 Juin 2024. 

Le Contrôleur général des lieux de privation de liberté, Rapport d’activité (2018), récupéré du site du CGLPL à https://www.cglpl.fr/2019/rapport-dactivite-2018/, consulté le 6 Juin 2024. 

Le Contrôleur général des lieux de privation de liberté, Les droits fondamentaux des mineurs enfermés (2021), récupéré du site du CGLPL à https://www.cglpl.fr/2021/les-droits-fondamentaux-des-mineurs-enfermes/, consulté le 6 Juin 2024.

Le Défenseur des Droits, Enfance et violence : la part des institutions publiques. Consulté sur le site du Défenseur des Droits (2019), récupéré du site Défenseur des Droits à https://www.defenseurdesdroits.fr/rapport-annuel-sur-les-droits-de-lenfant-2019-enfance-et-violence-la-part-des-institutions consulté le 6 Juin 2024.

Peron, Iris. Mineurs en prison : le Défenseur des droits s’inquiète de l’«emprise» des détenus adultes (2019), récupéré du Parisien à https://www.leparisien.fr/faits-divers/mineurs-en-prison-le-defenseur-des-droits-s-inquiete-de-l-emprise-des-detenus-adultes-19-11-2019-8196444.php, consulté le 6 Juin 2024.