Aumenta la cantidad de familias con niños que han estado realizando viajes peligrosos en busca de la seguridad en los Estados Unidos, y con frecuencia sus solicitudes se procesan en circunstancias complejas. Se ha generado una preocupación significativa alrededor del trato que reciben los niños en los campamentos por parte del control fronterizo de Estados Unidos, con informes que indican violaciones de sus derechos. Como resultado de estas condiciones adversas, estos niños están experimentando un deterioro de su bienestar mental y físico.
Deficiencias en las instalaciones fronterizas estadounidenses
A lo largo de la historia, la mayoría de los ingresantes no autorizados a los EEUU eran hombres adultos que venían de México en busca de trabajo. Sin embargo, en la actualidad se encuentra en aumento el número de familias que, en busca de protección y seguridad, realizan cruces fronterizos peligrosos para huir de la violencia, la pobreza y la opresión. Asimismo, son frecuentes los casos de niños que realizan estos viajes sin acompañamiento (Associated Press, 2024).
Desde la primavera del 2023, miles de personas en busca de asilo provenientes de diversos países se han reunido en campamentos improvisados en zonas remotas del desierto de California. Entre ellos, docenas de niños. Según la legislación estadounidense, los menores no deben ser enviados a lugares al aire libre, salvo durante el tiempo necesario para que la patrulla fronteriza los prepare y organice su transporte a una instalación más adecuada. No obstante, las autoridades de inmigración llevaron a los migrantes a estos campamentos sin proveerles suficiente comida, agua, refugio o asistencia sanitaria (Álvarez, 2024).
Las zonas de retención, que funcionan básicamente como campamentos al aire libre, carecen también de servicios fundamentales como sistemas de alcantarillado y agua corriente. Los voluntarios de estas instalaciones han reportado condiciones precarias, destacando cuadros de fiebre, diarrea, vómitos y convulsiones en los niños y jóvenes migrantes. Aunque suene impactante, algunos de estos migrantes se vieron obligados a comer hojas luego de soportar días sin alimento, lo que resalta el incumplimiento de las autoridades fronterizas en proveerles las necesidades básicas. (Conway, 2024).
El rol del gobierno en la defensa de los derechos de los niños en la frontera
Los niños que esperan en campamentos temporarios en la frontera entre México y Estados Unidos se encuentran a cargo de las autoridades fronterizas. Según el Tribunal Federal, el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (comparable a los ministerios del Interior de otros países) está obligado a procesar rápidamente a los niños y ubicarlos en instalaciones que sean seguras y sanitarias. También están completamente a cargo de determinar cuánto tiempo se puede retener a los niños y de proporcionarles servicios como baños, lavabos y controles de temperatura (Associated Press, 2024).
Sin embargo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) viola flagrantemente el Acuerdo Flores de 1997, que prohíbe la detención de menores no acompañados en centros de detención de inmigrantes durante más de 20 días. El Acuerdo Flores surgió de una demanda civil colectiva presentada por los grupos de defensa de las libertades civiles y los derechos de los inmigrantes, en nombre de menores indocumentados y sus familias, que denunciaron un trato inadecuado durante su detención (Lisette Flores, n.d.).
Según el acuerdo, es una obligación administrativa entregar rápidamente a los niños en detención a sus padres, parientes adultos, o programas de menores registrados que estén dispuestos a custodiarlos. En caso de que sea necesaria una detención temporaria, el acuerdo establece que el gobierno debe proveer un ambiente adecuado para la edad, con restricciones mínimas y posibilidad de contactar a la familia, además de los estándares de cuidado pertinentes, como el acceso al alimento, agua y asistencia sanitaria (Lisette Flores, n.d.).
Además, La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, instaurada en 1989, hace hincapié en las obligaciones que tienen los países para con los niños migrantes. La Convención establece que los países deben abstenerse de separar a las familias y que deben detener a los niños únicamente cuando es estrictamente necesario, y que dicha detención debe tener la menor duración posible. A pesar de que los Estados Unidos ha suscrito la Convención, es el único país del mundo que no la ha ratificado, por lo que no está obligado legalmente a adherirse a sus disposiciones (Cheatham & Roy, 2023).
Los efectos de las políticas fronterizas en los niños
La infraestructura de las fuerzas fronterizas se diseñó inicialmente para una época diferente, con especial atención a hombres solteros que buscaban trabajo en Estados Unidos. No obstante, el aumento de las medidas de fuerza ha dificultado considerablemente la posibilidad de cruzar sin ser detectados.
Asimismo, existen limitadas vías legales para el empleo y la reunificación familiar, agravadas por la ineficiencia que existe en el sistema de asilo de los Estados Unidos. Esta insuficiencia del sistema de inmigración actual para satisfacer las necesidades del siglo XXI, especialmente en el caso de los niños, los expone a condiciones peligrosas (Hendricks, n.d.).
A lo largo de la frontera de California han surgido varios lugares para retener a los migrantes, entre ellos una zona desértica junto a una autopista y una meseta en terreno montañoso. Aunque no sean instalaciones oficiales de las autoridades migratorias, se han convertido en lugares importantes para sus operaciones (Baumgaertner, 2024).
En estos campamentos, los jóvenes son escoltados por el personal, vistiendo atuendos idénticos proveídos por el gobierno. En una de las ciudades de acampada, hay más personas detenidas que en todas menos una de las 204 prisiones federales del país (Burke y Mendoza, 2018).
Los psicólogos cuestionan la capacidad de los centros de identificar a los niños con necesidades de salud mental especiales, a raíz del gran número de niños en ellos, y su tendencia a reprimir la angustia emocional. Aunque los niños logren sobrellevar la situación dentro de las instalaciones, las estancias prolongadas pueden llevar a mayores consecuencias.
Según la política federal, los refugios para jóvenes migrantes generalmente requieren un profesional de salud mental por cada 12 niños. Sin embargo, los funcionarios de las instalaciones revelaron que solo tienen un profesional por cada 50 niños (Burke y Mendoza, 2018).
Abordaje de la crisis humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos
Como respuesta a las graves crisis humanitarias en la frontera entre México y Estados Unidos en el 2024, varias organizaciones de defensa, grupos de ayuda mutua y personas particulares han tomado grandes medidas para ofrecer asistencia inmediata y documentar los abusos cometidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) contra los migrantes. El Tribunal Federal afirmó que se espera que la CBP cumpla prontamente con los términos del Acuerdo Flores y que, además, garantice la seguridad y el bienestar de todos los niños bajo su cuidado (Mullett, 2024).
Para abordar la presión acumulada en la frontera, un analista de políticas del Instituto de Política Migratoria recomienda que el Congreso reforme el sistema de inmigración legal e implemente un proceso de asilo más eficiente (Hendricks, n.d.). Esto implicaría mejorar el apoyo y los recursos para las agencias de control fronterizo para gestionar los flujos migratorios de manera efectiva, con respeto a los estándares humanitarios y protección de los derechos de los migrantes vulnerables.
El gobierno debería, además, aumentar el número de visas a los trabajadores invitados para los centroamericanos y otorgarles el Estatus de Protección Temporal para gestionar la migración económica y proporcionar una alternativa legal a la inmigración ilegal. Adicionalmente, en lugar de concentrar los esfuerzos en reducir la migración de familias y niños, el gobierno actual debe facilitar la migración legal. Ante todo, las políticas estadounidenses relacionadas con la migración infantil deben priorizar el interés superior del niño (Bier, 2017).
En Humanium, abogamos por los derechos a la seguridad, a la educación y al bienestar de todos los niños. Nuestra misión es proteger los derechos de los niños de todo el mundo, incluidos aquellos que se ven afectados por las problemáticas fronterizas y migratorias. Con tu apoyo, podemos seguir actuando en defensa de los niños vulnerables, proveer asistencia legal, y mejorar las condiciones de vida en las zonas de acogida de inmigrantes. Conviértete en parte de nuestra misión como voluntario, haciendo una donación, o haciéndote socio.
Escrito por Lidija Misic
Traducido por Gracielita Escobar
Revisado por Lorraine Valarino
Bibliografía:
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Baumgaertner Emily (2024), Health Concerns Mount for Migrant Children at Outdoor Waiting Sites. Retrieved from The New York Times at https://www.nytimes.com/2024/03/28/health/children-migrants-border-health.html, accessed on May 26, 2024.
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Conway Dan (2024), Migrant children held in fetid open-air encampments near Southern California-Mexico border. Retrieved from The World Socialist Web Site (WSWS) at https://www.wsws.org/en/articles/2024/04/02/cfoy-a02.html, accessed on May 26, 2024.
Lisette Flores Jenny (n.d.), The Flores Settlement. Retrieved from the United States District Court Central District of California at https://immigrationhistory.org/item/the-flores-settlement/, accessed on May 26, 2024.
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Mullett Layne (2024), Federal Court affirms that children held in open air detention sites are in CBP custody. Retrieved from American Friends Service Committee at https://afsc.org/newsroom/federal-court-affirms-children-held-open-air-detention-sites-are-cbp-custody, accessed on May 26, 2024.
