El poder de la música en el bienestar de los niños

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La música es el lenguaje universal del ser humano, que puede ayudar a las personas a conectar, a comunicarse, a expresarse, a aprender y a crecer. La música también puede ser un medio terapéutico para desarrollar el bienestar físico, social y emocional de los niños. La música puede servir de apoyo a los más pequeños para mejorar su autoestima y que se sientan incluidos, ayudándolos a expresar sus sentimientos y desarrollar sus funciones cognitivas. 

Cómo afecta la música al cerebro de los niños

Las investigaciones han demostrado que la música activa y estimula el cerebro de varias formas beneficiosas. Puede provocar la liberación de la dopamina, el neurotransmisor que aumenta las sensaciones de bienestar, y también puede activar el sistema límbico, que es responsable de funciones tales como el procesamiento de las emociones y la memoria (Daren, 2023).

La música es fundamental para el desarrollo de los niños, en especial durante la primera infancia, ya que afecta a la inteligencia y emociones de los mismos, y les ayuda a adquirir habilidades, entre ellas el desarrollo temprano del lenguaje, la mayor capacidad de aprender idiomas extranjeros, mejoras con respecto a la regulación del estado de ánimo y de las emociones, el fortalecimiento de la memoria y de la concentración, así como la autoconfianza, la autoestima y la autoexpresión (School of Rock, 2023).

El desarrollo del cerebro en la primera infancia se enfoca en establecer conexiones mediante los aportes que ofrece el mundo exterior, y la música va dotando una fuente de información rica y suplementaria a medida que se van desarrollando los jóvenes cerebros (Daren, 2023).

Definiendo “bienestar”: aspectos físicos, emocionales y sociales

Aunque el término “bienestar” se utiliza cada vez más en políticas, prácticas e investigaciones, conseguir una interpretación común del término sigue suponiendo un reto. Las definiciones en sí también son difíciles de lograr, especialmente respecto a los niños y jóvenes. Más frecuente e históricamente, está relacionado con la idea del ser humano que prospera, pero resulta más complicado establecer definiciones más detalladas.

En concreto, el término “bienestar” abarca varias dimensiones del concepto, tales como la física, emocional y social (Robb, 2023). En este sentido, la música puede favorecer el bienestar de los pequeños en esas tres dimensiones gracias a su lenguaje universal.

Mejorando la salud física a través de la música

La música motiva a los niños a mantener el cuerpo activo y mejora sus habilidades físicas en general. La música es una forma bonita de contribuir al desarrollo físico de los niños, por la reducción de la tensión muscular y la mejora de la coordinación y el movimiento.

Por ejemplo, a través del baile, la música parece afectar los neuroquímicos de nuestro cuerpo, dando como resultado una mejora en el sistema inmunológico, protegiéndose así de las infecciones y ayudando a prevenir la obesidad (Zenin, 2016). Tocar un instrumento y/o las actividades rítmicas también puede ayudar a mejorar la postura, el balance, la coordinación y el control físico, así como tocar el tambor y las canciones de acción desarrolla destreza, la independencia de manos y las habilidades motoras gruesas y finas (King Lee, 2023).

Se ha demostrado que la música reduce el estrés y la ansiedad, fomenta el bienestar y ayuda al desarrollo sano de los niños. Estos efectos cognitivos se observan principalmente cuando los más pequeños están expuestos a la música de forma activa, como cuando están aprendiendo a tocar un instrumento o toman lecciones de canto.

La música también puede mejorar la adquisición del lenguaje en los niños pequeños, especialmente en el caso en el que haya dificultades para pronunciar palabras. La música prepara al cerebro para el aprendizaje y ayuda a los niños a aprender a leer y a hablar mientras que desarrollan la memoria y la atención (Daren, 2023).

Las investigaciones han demostrado que la música puede estimular el cerebro y mejorar la memoria, la concentración y la calidad de vida a cualquier edad. Muchas canciones infantiles están diseñadas para enseñar conceptos como el conteo, los vínculos y la resolución de problemas (King Lee, 2023). La música también puede enseñar otros temas apropiados para la edad, como la ciencia, uniendo los datos a la melodía (Daren, 2023).

Cultivando el equilibrio emocional con la música

Escuchar, cantar y hacer música influye en nuestras emociones y en las de los niños. Además de un empujón de confianza, los investigadores han descubierto que la música puede reducir la cantidad de la “hormona del estrés”, el cortisol.

Además, las investigaciones sugieren que la música puede estimular los químicos naturales del cuerpo que nos hacen sentir bien (como las endorfinas y la oxitocina), lo cual puede contribuir a mejorar nuestro estado de ánimo y hasta puede ayudarnos a resolver problemas y proporcionar una vía de escape para que podamos tomar el control de nuestras emociones (Zenin, 2016). 

Además, la música puede ser un componente esencial para mejorar la salud mental y emocional de los más  pequeños de manera no invasiva. Puede ayudar a tranquilizar a los niños sobreestimulados o los que tienen problemas para regular sus emociones. Aunque es posible que no sea capaz de abordar todas las necesidades del niño relacionadas con su salud mental, puede ser una herramienta suplementaria importante que puede aportar beneficios significativos (Daren, 2023). 

Sin que nos demos cuenta de ello, escuchar, cantar y escribir música puede llegar a ser extremadamente liberador y ofrece una oportunidad a los niños y jóvenes a fin de que expresen sus sentimientos. La música puede ayudarlos a encontrar las palabras correctas para describir lo que sienten. En particular, escribirla puede ser bueno para el desarrollo emocional y la resiliencia.

Ya sea tocar un instrumento, escribir letras de canciones o hacer ruido, todo cuenta. El acto de crear música requiere concentración y a menudo colaboración con otras personas. Esta experiencia puede motivar al niño a ser más sensible y consciente de sus sentimientos, al mismo tiempo que crea algo por su propia cuenta durante el proceso (Hebert, 2023). 

Estimulando los vínculos sociales a través de la música 

La importancia del desarrollo social es mayor que nunca, ya que la prevalencia de la ansiedad social en los niños está creciendo en el mundo en el que vivimos hoy día. Basado en las amplias investigaciones sociales disponibles, la música puede desempeñar un papel fundamental para incentivar el desarrollo social sano y positivo, así como para prevenir y remediar problemas sociales cuando está incorporada en entornos educativos.

Según algunas investigaciones, está demostrado que incorporar música en el currículo aumenta los vínculos sociales y permite una mejora en el ajuste social. Gracias a la música, en general, las actitudes de los niños fueron más positivas (Zenin, 2016).

Además, la música ayuda a crear una sensación de compañerismo y unión. Cuando una persona joven escucha a sus artistas favoritos, puede relacionar sus sentimientos con otra cosa. La música contribuye a que se sientan más comprendidos y menos aislados de sus emociones (Hebert, 2023). Componer música con otras personas también puede mejorar nuestras habilidades de cooperación, así como el sentido de la empatía y autoestima.         

La música como terapia transformativa

La música puede ser una herramienta poderosa, especialmente para los niños con discapacidades. Los niños con discapacidad intelectual pueden utilizar la música como vía de escape para sentirse bien consigo mismos y estar relajados. Esto ocurre especialmente con los instrumentos de percusión que requieren atención al ritmo,  como el piano o la batería (Cervino, 2021).

Los niños mudos y los que tienen dificultades en el lenguaje pueden utilizar la música para ayudarles a vocalizar haciendo sonidos o ruidos y pueden actuar como medio a través del cual expresarse. Por ejemplo, un niño con trastorno por déficit de atención (TDA) o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) puede concentrarse en los componentes musicales de una canción para mejorar su capacidad de concentración.

La educación musical puede ayudar a que los niños con necesidades especiales establezcan un sentido de lógica y organización mayor, ya que la música se basa en la implementación de patrones rítmicos y de sonido (Cervino, 2021). 

En un estudio publicado en el Journal of Music Therapy, los investigadores han descubierto que la musicoterapia mejora las habilidades comunicativas, las relaciones sociales y la regulación de las emociones de los niños con trastorno del espectro autista (TEA). Otro estudio publicado en el Journal of Intellectual Disability Research ha descubierto que la musicoterapia mejora las competencias lingüísticas y reduce la ansiedad en los niños con síndrome de Down (King Lee, 2023).

Las investigaciones también han demostrado que utilizar un instrumento que requiere movimientos rápidos (por ejemplo, la guitarra, el trombón, el violín, la batería…) mejora las habilidades motoras de los niños, así como las habilidades multitarea. Además de prestarle atención a sus movimientos, también tienen que centrarse en la música que se está produciendo (Cervino, 2021).

Por último, crear y componer música da a los niños con necesidades especiales una sensación de haber logrado algo mientras que se trabaja en mejorar sus áreas cognitivas. Cabe destacar que la educación musical temprana resulta extremadamente beneficiosa para todos los pequeños, ya que aumenta el desarrollo en muchas áreas del cerebro y ayuda a mejorar la capacidad de retención (Cervino, 2021).

Consejos para apoyar el bienestar de los niños con la música

La música es una herramienta poderosa que produce sus efectos sin que nos demos cuenta de ello. No obstante, hay algunos consejos para aprovechar al máximo sus beneficios a fin de apoyar el desarrollo y el bienestar de los niños.

  1. Pon música todos los días. Pon una variedad de música y habla con los pequeños sobre cómo se sienten antes y después de escucharla. Conversa con ellos sobre cómo las canciones les hacen sentir felices, tristes o emocionados (Zenin, 2016). Proponle distintos tipos de música al niño, con o sin palabras, en distintos idiomas, incluyendo canciones que tengan ruidos que pueden reconocer en el día a día. 
  2. Baila, baila, baila. Muévete al ritmo de la música por toda la casa o por el patio de atrás y disfruta la actividad física, y anima a los niños a utilizar distintas partes del cuerpo para que expresen cómo les hace sentir la música (Zenin, 2016). Propón a los pequeños distintos tipos de música para que se expresen de muchas formas diferentes, entre ellas tocar instrumentos mientras bailan.
  3. No tengas miedo a cantar. Los niños se inhiben menos que los adultos cuando se trata de cantar. Pero adelante, déjate llevar y siente los beneficios de cantar juntos (Zenin, 2016). Recuerda que los adultos son un ejemplo importante para los niños, así que les corresponde a ellos inspirar a los más pequeños también en actividades y expresiones nuevas.
  4. Haz tu propia música. ¡Todo lo que necesitas es un envase de helado que sirva de tambor y un lápiz que haga de baquetas! Claro, si tienes una flauta o guitarra vieja, también está bien. Ponte creativo y deja que los niños experimenten con la música (Zenin, 2016). En este aspecto, los recursos en línea también pueden aportar muchas ideas con respecto a cómo crear nuevos instrumentos a partir de material reciclado e inspirarte con distintos estilos.  

Humanium cree firmemente en la importancia de divulgar nuevas herramientas para hacer que los niños se sientan libres para expresarse y promover sus derechos mejor. Nos centramos en proteger y ayudar a los más pequeños a tomar conciencia de sus capacidades para que cumplan sus sueños y aspiraciones. Si quieres apoyar nuestra labor, por favor, considera realizar una donación, haz voluntariado o hazte socio

Escrito por Arianna Braga

Traducido por J.R

Revisado por Adrian Cuellar Correa

Bibliografía:

Cervino (2021). Importance of Music for Children with Special Needs. Retrieved from Cervino at https://cdssvic.com.au/importance-of-music-for-children-with-special-needs/, accessed on 9 February 2024. 

Daren S. (2023). How Music Can Be Used to Boost Mental and Emotional Health of Preschool Children. Retrieved from The Early Years Blog at https://novakdjokovicfoundation.org/how-music-can-be-used-to-boost-mental-and-emotional-health-of-preschool-children/, accessed on 9 February 2024.

Hebert, E. (2023). The magic of music on children’s emotional wellbeing. Retrieved from The Children’s Society at https://www.childrenssociety.org.uk/what-we-do/blogs/the-magic-of-music-on-childrens-emotional-wellbeing, accessed on 6 February 2024. 

King Lee, L. (2023). The wonderful ways music can impact wellbeing. Retrieved from Sourcekids at https://www.sourcekids.com.au/musics-impact-on-wellbeing/, accessed on 9 February 2024. 

Robb A., et al. (2023). Supporting children’s wellbeing through music participation during the COVID-19 pandemic: evidence from Scotland. Retrieved from Taylor and Francis Online at https://www.tandfonline.com/action/showCitFormats?doi=10.1080%2F03004279.2023.2219271, accessed on 9 February 2024. 

School of Rock (2023). Kids & Music: Effects of Music on Child Development. Retrieved from School of Rock at https://www.schoolofrock.com/resources/music-education/kids-music-effects-of-music-on-child-development, accessed on 9 February 2024. 

Zenin G. (2016). The power of music: Enhancing young children’s wellbeing. Retrieved from Care for Kids, at https://www.careforkids.com.au/childcarenews/2016/february/23/music.html, accessed on 9 February 2024.