Detención de Niños Migrantes: 2ª Parte

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En la actualidad, cada país tiene sus propios mecanismos para combatir la migración ilegal, pero algunos han demostrado que no conocen límites en la manera de hacerlo, sin importar si las personas implicadas son niños o adultos. El gobierno australiano ha transformado a los niños en criminales por viajar sin permiso, implantando el encarcelamiento en islas, igual que Occidente hacía hace décadas con los peores criminales, los más peligrosos.

Las tácticas de detención australianas (sin precedentes) violan los derechos de la infancia

La historia de las detenciones en centros en Australia es peculiar y el país es conocido por tener una de las fronteras y de los controles de inmigración más estrictos del mundo. La adopción de la detención de niños como estrategia fue iniciada con el objetivo de controlar y parar la llegada de migrantes a Australia.

Debido a la voluntad de parar completamente la migración ilegal, el gobierno australiano puso en marcha centros de detención fuera de su territorio continental. Esto condujo a una situación extrema en la que se implementó un sistema prácticamente único de detención indefinida, dejando a padres e hijos en una incertidumbre total durante años, sin saber cuál sería su futuro. 

Los niños que llegan a Australia en barco son los que se enfrentan al mayor peligro. De hecho, está ampliamente reconocido el hecho de que se ejerce violencia en la frontera contra los inmigrantes ilegales. Algunos niños viajan con sus padres, pero otros (adolescentes y adultos jóvenes) viajan solos. La mayoría de los menores detenidos se encuentran en la Isla de Navidad, y las islas de Nauru y Manus. En algunos casos, el ejército australiano devuelve a los barcos a su país de partida

Niño no acompañado, Isla de Navidad

La vida aquí es dura. Está la tensión de aquí y la de casa. Demasiada triste[za]… siempre que llamo a casa, me preguntan cuándo me dejarán libre. Yo les digo Inshalla (si Dios quiere) … Muchas personas aquí se están autolesionando. Los niños se hacen cortes en las manos, los brazos… Yo pensaba en ello.

(Comisión para los derechos humanos de Australia, 2014)

En 2018, aun había 119 niños y niñas detenidos en Nauru (CNN, 2018), de donde un niño de 12 años tuvo que ser trasladado, en estado grave, al continente australiano, tras haberse negado a comer durante más de dos semanas. Los doctores han advertido a las autoridades de que las condiciones de vida y médicas en estas instalaciones no son las apropiadas, y que hay dificultades para trasladar a los niños y niñas a hospitales australianos. Un doctor fue despedido de su trabajo tras criticar al sistema (Al Jazeera, 2019). En febrero de 2019, más de 1.000 personas estaban aún detenidas en Nauru y otras islas de Papúa Nueva Guinea.

Dibujo hecho por un niño en edad escolar, Isla de Navidad (Comisión para los derechos humanos de Australia, 2014)

La comunidad internacional critica duramente la detención de niños y niñas en Australia y este hecho ha degenerado la percepción que los residentes tienen de su propio país. Daniel Webb, director de defensa legal del Centro Legal para los Derechos Humanos afirma: “Estos niños y sus familias llevan detenidos ya más de cinco años – encarcelados por huir de las mismas atrocidades que nuestro gobierno condena”. Unos informes alarmantes procedentes de la ONU en 2016 afirmaban que los niños que se encontraban en centros de detención están, a menudo, completamente desesperados y han “intentado suicidarse, inmolarse, autolesionarse y están sumidos en la depresión» (CNN, 2018), incluso los que viven con sus padres en los centros de detención se ajustan a esta descripción. Los niños se ven afectados por el “síndrome de la resignación”, lo que se traduce en pérdida de ganas de comer, de levantarse de la cama, algunos de ellos se niegan a hablar, y cosas peores. Se han dado varios casos de intento de suicidio, incluso entre niños de 10 años de edad.

El gobierno australiano ha declarado que se dejará de utilizar el centro de detención de Nauru en el sistema de control de fronteras y que todos los niños saldrán de la isla. Sin embargo, en febrero de 2019, la campaña “Kids Off Nauru” (“Niños fuera de Nauru”) reveló que aun había niños detenidos en la isla (World Vision, 2019). Según Al Jazeera, 109 de los niños y niñas – supuestamente todos ellos – ya han salido ahora de la isla de Nauru (Al Jazeera, 2019).

Los niños detenidos están siendo “intercambiados” entre Australia y EEUU mediante un programa puesto en marcha bajo la administración Obama. No se sabe si se obtiene consentimiento para estos “reasentamientos” (The Guardian, 2019).

Legislación sobre la detención de niños

Los niños tienen un extenso corpus de derechos vigorosamente recogido mediante leyes tanto nacionales como internacionales sobre derechos humanos, así como en ordenamientos jurídicos que cubren los aspectos sociales, culturales y económicos. En particular, los niños tienen muchos derechos específicos debido a su estatus como menores. Un principio central que gobierna hoy en día el concepto de los derechos de la infancia es el interés superior del niño o niña: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.” (Artículo 3, Convención sobre los Derechos del Niño).

La Convención sobre los Derechos del Niño (CRC, por sus siglas en inglés): “La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado internacional sobre derechos humanos más amplia y rápidamente ratificado de toda la historia. Solo hay un país que no lo ha hecho: los Estados Unidos” (End Children Detention, 2019). El principio fundamental de la Convención, de la que se celebrará el 30 aniversario de aquí a unos meses, es que los niños y niñas deben ser, sobre todo, tratados como tales. Según la Convención, los niños y niñas tienen derecho a acceder a la educación, así como a crecer en un entorno de felicidad, amor y comprensión. Los niños y niñas también deben ser informados de sus propios derechos y participar en su cumplimiento de manera accesible y activa.

Hoy en día, en el caso de la inmigración, la detención de niños y niñas es una violación de los derechos de la infancia. “La detención de un niño o niña por su estatus de migrante o el de sus padres constituye una violación de sus derechos y es contraria siempre el principio del interés superior del niño [..],” (Comité sobre los Derechos del Niño, 2012).

Humanium denuncia las detenciones

Humanium existe para que se cumplan los derechos de la infancia, una razón de ser opuesta a las terribles violaciones que comporta la detención de niños y niñas. La detención de menores, excepto en los casos que se den en unas circunstancias absolutamente extraordinarias y a corto plazo, en las que la detención sea tanto en el propio interés del niño como en perfecta consonancia con la legislación y estándares vigentes, es una injusticia absoluta. La privación de las libertades y de los derechos humanos de los menores como resultado de su estatus migratorio es algo que Humanium condena sin paliativos. Por lo tanto, hacemos una llamada a la abolición incondicional y permanente de la detención de niños y niñas migrantes.  

Autores: Adrian Lakrichi y Josie Thum

Traducido por Esperanza Escalona

Para saber más

Bibliografía